Ella vivía en lo alto de la torre, solo conocía aquel habitáculo de forma circular que era su dormitorio. Solo con una puerta cerrada , una cama y una ventana.  
Las horas pasaban lentas en aquella estancia , no había nada para poder entretenerse , solo la ventana por donde observaba  pasar a gente curiosa por el bosque.  
La princesa lloraba desconsolada por no poder salir de aquel horrible lugar , estaba encerrada y lo único que deseaba era poder pisar la hierba , hablar con alguien , respirar  y sentirse libre .
Los años pasaban , volviéndola loca  y desquiciada, todo el mundo contaba cosas horribles de la torre y por eso nadie quería acercarse.  
Los años pasaron mas y mas lentos y  su cuerpo joven paso a viejo, dejó de ser bella, su piel arrugada, su pelo blanco nacarado y sus ojos ciegos por las cataratas dejaron de poder ver lo que mas deseaba, el exterior.
Nadie rescató  a la princesa , nadie la conoció , su cuerpo yació en aquel lugar alejado de la gente, sus pensamientos enloquecidos se quedaron grabados en un papel que conservó para pedir ayuda a alguien.
En ese papel decía: “ aquí yací , mi pequeña jaula, mi cárcel . Esto es lo único que he conocido durante toda mi vida, este lugar que me ha consumido y que ahora forma parte de mi, no lo podré abandonar jamás.
Espere a alguien , algún curioso que viniera a buscar dentro de la torre. Pero sus miedos me han hecho estar sola , sola para siempre.”

 
